– Proceso electoral en Venezuela e informe de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia/Departamento para la Cooperación y Observación Electoral
ESTADOS UNIDOS / VENEZUELA – El 30 de julio de 2024, la oficina del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) recibió un informe del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral sobre el proceso electoral presidencial en Venezuela de 2024.
La peor forma de represión, la más vil, es impedir que el pueblo encuentre soluciones a través de las elecciones. La obligación de cada institución en Venezuela debe ser garantizar la libertad, la justicia y la transparencia en el proceso electoral. El pueblo debe tener las máximas garantías de libertad política para poder expresarse en las urnas y proteger el derecho de los ciudadanos a ser elegidos.
A lo largo de todo este proceso electoral, vimos la aplicación por parte del régimen venezolano de su esquema represivo complementado con acciones encaminadas a distorsionar por completo el resultado electoral, poniendo ese resultado a disposición de la más aberrante manipulación. Esto continúa.
El régimen de Maduro se ha burlado de importantes actores de la comunidad internacional durante estos años y una vez más se adentró en un proceso electoral sin garantías, ni mecanismos y procedimientos para hacerlas cumplir. El manual completo para el manejo fraudulento del resultado electoral se aplicó en Venezuela la noche del domingo, en muchos casos de manera muy rudimentaria.
Se ha hablado de una auditoría o de un recuento de actas de material electoral que no ha tenido las más mínimas condiciones de seguridad y control. Asimismo, hay que tener presente que en materia de auditorías, el régimen lleva por lo menos 11 años de atraso, cuando se comprometió con la Unasur (en una reunión del 18 de abril de 2013, en Lima) a auditar el 100 por ciento de las actas del proceso electoral del 14 de abril de 2013. Obviamente, esto nunca se hizo. Es obvio que una nueva burla sería inadmisible.
Considerando que la sede de campaña de la oposición ya presentó las actas con las que hubiera ganado las elecciones y Maduro, incluido el CNE, aún no ha podido presentar las actas con las que hubiera ganado, lo que a estas alturas sería risible y patético si no fuera trágico; en ese contexto resulta imperativo conocer sobre la aceptación por parte de Maduro de las actas en manos de la oposición y en consecuencia aceptar su derrota electoral y abrir paso al retorno a la democracia en Venezuela. De no hacerse esto, sería necesario realizar nuevas elecciones pero en este caso con Misiones de Observación Electoral de la Unión Europea y la OEA presentes y una nueva Autoridad Electoral Nacional para que se pudiera reducir el margen de irregularidad institucional que plagó este proceso.
El peso de la injusticia sobre el pueblo de Venezuela continúa, los venezolanos son nuevamente víctimas de la represión, sin duda la característica gubernamental más relevante, fruto de una gestión ineficiente que ha sembrado las más graves crisis humanitarias y migratorias que ha conocido la región. Hace no mucho, el secretario general Luis Almagro afirmaba que:
“Ninguna revolución” – “puede dejar a las personas con menos derechos de los que tenían, más pobres en valores y principios, más desiguales en las instancias de justicia y representación, más discriminadas según donde esté su pensamiento o dirección política”.
El Secretario General también expresa que lamenta la falta de memoria acumulativa de los actores de la comunidad internacional, lo que conduce sistemáticamente a la repetición de errores, además de obligar a la Secretaría General a reiterar declaraciones y conceptos expresados hace mucho tiempo.
