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La guerra entre Israel y Gaza ha demostrado la necesidad de fortalecer nuestras fuerzas de ataque con portaaviones. El grupo de ataque del portaaviones USS Abraham Lincoln tuvo que trasladarse desde el Pacífico a Oriente Medio para proporcionar potencia de fuego adicional contra un posible ataque iraní contra Israel. Con el grupo de ataque del portaaviones USS Roosevelt estacionado en Oriente Medio, la región del Indo-Pacífico se quedó sin un grupo de ataque.
Actualmente contamos con 11 CSG para cubrir el mundo, pero solo cinco o seis portaaviones están disponibles a la vez debido al reabastecimiento de combustible nuclear y revisiones de cinco o más años, mantenimiento de rutina, modificaciones, relajación de la tripulación, reabastecimiento y tiempos de tránsito.
Con un coste de unos 15.000 millones de dólares por portaaviones y la necesidad de una tripulación de entre 5.000 y 6.000 marineros, la Armada tiene ante sí una tarea formidable: intentar aumentar sus fuerzas de portaaviones. Además, la industria de construcción naval estadounidense se ha visto gravemente afectada.
La guerra entre Ucrania y Rusia ha demostrado la importancia de utilizar drones en la guerra. Tal vez deberíamos considerar la posibilidad de modificar nuestros 11 CSG existentes para que tengan la capacidad de realizar operaciones ofensivas y defensivas con drones, y construir nuevos portaaviones para drones a un costo mucho menor que 15 mil millones de dólares, reduciendo al mismo tiempo los costos operativos actuales. Además, se requeriría una tripulación mucho más pequeña para los portaaviones para drones.
Donald Moskowitz
Londres Derry, Nuevo Hampshire